Capítulo 31.
XIV. Jehová le recuerda su
promesa a Jacob.
A. Jacob se quiere ir a su
tierra y Dios se lo ratifica.
1. Los hijos de Labán protestan la
riqueza de Jacob.
a. 31:1 Y oía Jacob las palabras de los hijos de
Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre. Y con lo
que era de nuestro padre, ha adquirido toda esta riqueza.
b. 31:2 Miraba también Jacob el semblante de
Labán, y veía que había cambiado hacia él su mirada, como antes había sido.
2. Jehová le dijo a
Jacob, vuélvete a tu tierra.
a. 31:3 También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la
tierra de tus padres. Y a tu parentela. Yo estaré contigo.
B. Jacob plantea a sus
mujeres la decisión de irse.
1. Lea y a Raquel
escuchan a Jacob.
a. 31:4 Jacob llamó a Raquel y a Lea, para
reunirse con él, al campo donde estaban sus ovejas.
b. 31:5 Y les refirió lo siguiente: Veo que el
semblante de su padre no es igual conmigo, como era antes. Pero el Dios de mi
padre ha estado conmigo.
c. 31:6 Ustedes saben cómo con todas mis fuerzas
he servido a su padre.
d. 31:7 Y su padre me ha engañado. Me ha cambiado
el salario diez veces. Pero Dios no le ha permitido que me haga mal.
e. 31:8 Si él decía: Los pintados serán tu
salario; entonces todas las ovejas parían pintados. Y si decía: Los listados
serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados.
f. 31:9 Así quitó Dios el ganado de su padre, y me
lo dio a mí.
g. 31:10 Sucedió en el tiempo cuando las ovejas
estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, a los machos que cubrían a
las hembras eran listados, pintados y manchados.
2. Jacob les habló
sobre el Ángel de Jehová.
a. 31:11 Me dijo el Ángel de Jehová en sueños:
Jacob. Y yo dije: Estoy aquí.
b. 31:12 Él dijo: Levanta tus ojos, mira y verás
que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y
manchados. Porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.
c. 31:13 Yo soy el
Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste una promesa.
Levántate ahora, sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento.
3. Jacob debe hacer
lo dicho por Dios.
a. 31:14 Respondieron Raquel y Lea, diciéndoles:
¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre?
b. 31:15 ¿No nos tiene ya como si fuésemos
extrañas, porque él nos ha vendido? ¿Y aún se ha comido todo lo que tú le has
pagado con tu salario? ¿Salario que ha sido el precio por nosotros?
c. 31:16 Porque toda la riqueza que Dios ha
quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Ahora, haz todo lo que
Dios te ha dicho.
4. Jacob se dispuso a
irse de Mesopotamia.
a. 31:17 En ese momento, se dispuso Jacob a irse.
Subió a sus hijos y a sus mujeres sobre los camellos.
b. 31:18 Dispuso en camino todo su ganado. Y todo
cuanto había adquirido, el ganado por su ganancia que había obtenido en
Padan-aram. Para regresar a Isaac, su padre en la tierra de Canaán.
C. Jacob se marcha a su
tierra.
1. Raquel hurtó los
ídolos de su Padre.
a. 31:19 Pero Labán había ido a trasquilar a sus
ovejas; y Raquel robó los ídolos de su padre.
2. Jacob se fue sin
avisar a Labán arameo.
a. 31:20 Jacob no le avisó a Labán arameo que se
iría.
b. 31:21 Se fue con todo lo que tenía. Pasó el
Éufrates, y se dirigió al monte de Galaad.
c. 31:22 Al tercer día que se había ido Jacob, le
fue dicho a Labán que Jacob había huido.
3. Labán sale a
buscar a Jacob.
a. 31:23 En ese tiempo, Labán convido a sus
parientes a ir con él, a buscar a Jacob. Se fue tras Jacob por un camino a
seguirlo y duró siete días, lo alcanzó en el monte de Galaad.
b. 31:24 Labán arameo tuvo un sueño aquella noche,
donde Dios le dijo: Guárdate de no hablar descaradamente a Jacob.
c. 31:25 Alcanzó, Labán a Jacob. Éste había fijado
su tienda en el monte. Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad.
d. 31:26 Dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que
me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra?
e. 31:27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me
engañaste? Tampoco me avisaste, para poder despedirse con alegría, con cantos,
con tamboril y arpa
f. 31:28 Ni siquiera me dejaste besar a mis hijos
y a mis hijas. Has hecho locamente.
g. 31:29 Tengo el poder en mi mano para hacerte
mal. Pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no le
hables a Jacob con descaro.
4. Labán le reclama
¿porque se llevó sus dioses?
a. 31:30 Ya que te ibas, porque deseabas ir a la
casa de tu padre, ¿por qué me robaste mis dioses?
4.1. Jacob le dice
“muera quien tenga lo hurtado”.
a. 31:31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque
tuve miedo. Pensé que quizá me quitarías por la fuerza a tus hijas.
b. 31:32 Aquel a quien se le encuentres en su
poder tus dioses, que no viva. Delante de nuestros hermanos, reconoce lo que yo
tenga que sea tuyo y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
c. 31:33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la
tienda de Lea, en la tienda de las dos siervas, y no los halló. Salió de la
tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel.
d. 31:34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en
una montura de un camello. Luego se sentó sobre ellos. Buscó Labán en toda la
tienda, y no los halló.
e. 31:35 Ella dijo a su padre: No se enoje mi
señor, porque no me puedo levantar para ir delante de ti; porque estoy con la
costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.
4.2. Jacob se enojó y
se defendió frente a Labán.
a. 31:36 En ese momento Jacob se enojó, y se
defendió frente a Labán. Respondiendo Jacob dijo a Labán: ¿Qué transgresión es
la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi
persecución?
b. 31:37 Lo que has buscado en todas mis cosas ¿y
qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis
hermanos y de los tuyos. Y ellos juzguen entre nosotros.
c. 31:38 Estos veinte años he estado contigo. Tus
ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.
d. 31:39 Nunca te traje lo arrebatado por las
fieras. Yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo
cobrabas.
e. 31:40 De día me consumía el calor, y de noche
el frío, y el sueño se iba de mis ojos.
f. 31:41 Así he estado veinte años en tu casa.
Catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado. Y has
cambiado mi salario diez veces.
g. 31:42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y
temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las
manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos. Por eso te
reprendió anoche.
5. Labán hace pacto con Jacob.
a. 31:43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas
son mis hijas. Y los hijos, son mis hijos. Y las ovejas son mis ovejas. Y todo
lo que tú ves es mío, ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus
hijos que ellas han dado a luz?
b. 31:44 Ven, hagamos pacto tú y yo, en esta hora,
sea por testimonio entre nosotros dos.
c. 31:45 En ese momento, Jacob tomó una piedra, y
la levantó por señal.
d. 31:46 Les dijo Jacob a sus hermanos: Recojan
piedras. Recogieron las piedras e hicieron un majano; señal del pacto, y
comieron allí sobre aquel majano.
e. 31:47 Lo llamó Labán, Jegar Sahaduta; y lo
llamó Jacob, Galaad.
5.1. Jacob y Labán se
ponen de acuerdo.
a. 31:48 Porque Labán dijo: Este pilar de piedra,
es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad.
b. 31:49 También fue llamado Mizpa, por cuanto:
Dios es testigo entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro.
c. 31:50 Si afliges a mis hijas, o si tomas otras
mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros. Mira, Dios es testigo
entre nosotros dos.
d. 31:51 Le dijo además Labán a Jacob: Mira este
pilar de piedras, es esta la señal, que se ha erigido entre tú y yo.
e. 31:52 Testigo sea este majano, y testigo sea
esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este
majano, ni de esta señal, contra mí, para hacernos mal.
6. Jacob invitó a sus
hermanos e inmoló víctima.
a. 31:53 El Dios de Abraham y el Dios de Nacor
juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien
temía Isaac su padre.
b. 31:54 En ese momento Jacob inmoló víctimas en
el monte. Llamó a sus hermanos a comer pan; comieron pan, y durmieron aquella
noche en el monte.
c. 31:55 Se levantó Labán por la mañana. Besó a
sus hijos, sus hijas, los bendijo. Regresó y volvió a donde habitaba.
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