Encontramos ciertos relatos
en los cuales nos hacemos varias preguntas si estos hechos que han acompañado a
la humanidad desde sus orígenes son tan ciertos como lo describe el libro de
Génesis. Entre lo que dice en sus escrituras y lo que actualmente dice la
Inteligencia Artificial está causando muchos debates. Siempre se ha creído en lo que
dice la Escritura y es comprobado científicamente. A estas preguntas
respondemos lo siguiente:
1. ¿Adán y Eva fueron personas reales?
En el caso de Adán y Eva.
Analizamos que ha debido haber un comienzo, un creador. Cuando las Escrituras
de Génesis nos habla y deja saber que hubo un creador de todas las cosas,
encontramos un resultado. Es como dar respuesta a una cuestión matemática difícil,
a una pregunta difícil de encontrarle respuesta. Encontramos la respuesta ¿de
dónde venimos, como surgimos, quien nos creó? y nos da cierta paz saber la
historia de la creación. Que no somos creados de algo ilusorio como una chispa.
Hay una imagen que tomamos al ser creados, la divina. Eso es algo fundamental
saberlo.
En este aspecto, la IA
refiere lo siguiente: la tradición judeocristiana los considera reales, como
los primeros seres humanos creados por Dios. Pero también explica que algunos
estudiosos los ven como figuras arquetípicas que representan la humanidad en su
estado original, antes de la caída.
2. ¿El diluvio fue global o local?
A la pregunta respecto al
diluvio, sí fue un
evento real, decimos lo siguiente: el mundo comenzó de nuevo, porque el primer
mundo se volvió violento. Muy difícilmente se cumplía el propósito de Dios con
este mundo. Y ningún gobierno humano lo podría sostener. ¿Cómo sería el mundo
actual? ¿Patético?
Al respecto, la IA dice:
explica al respecto que fue un diluvio universal. En este sentido, no hay
debate sobre si fue un evento global literal o una catástrofe regional elevada
a símbolo de juicio divino. También menciona que culturas antiguas tienen relatos
similares, lo que sugiere una memoria compartida de un gran desastre.
3. ¿La torre de Babel fue castigo o estrategia divina?
Respecto al evento de la
torre de Babel. Esta torre estaba en contra de la orden que Dios le dio al
hombre de llenar la tierra. Ellos querían convivir en un solo sitio. Esto no
agradó a Dios, y en su sabiduría confunde las lenguas o las diversifica, para
cumplir el propósito de poblar toda la tierra.
Sin embargo, la IA copilot corrobora esta explicación, ya que dice lo siguiente: “La dispersión de lenguas
puede verse como juicio por la soberbia humana, pero también como una forma de
diversificar y expandir la humanidad. En ese sentido, no fue solo castigo, sino
parte del plan divino para poblar la tierra.”
4. ¿Jacob engañó o cumplió un destino?
En la pregunta de si Jacob
fue un engañador. Este no solo tuvo presente la promesa de Abraham e Isaac, de
que de su descendencia nacería el Mesías, sino que, como la bendición su padre
la daría al primero, él la procuró. Pero Dios, independientemente de él, se la
otorgó. Ve que dice: “Has luchado con los hombres y con Dios y has vencido.”
Eso es lo mismo que hizo Jesús: vencer.
En este sentido, la IA
dice: Copilot sugiere: Jacob sí usó medios cuestionables, pero la Escritura lo
presenta como elegido por Dios. Su historia muestra cómo Dios puede obrar
incluso a través de errores humanos para cumplir su propósito. La bendición que
recibe no es solo por astucia, sino por perseverancia y fe.
5.
¿Quiénes eran los hijos de Dios y
las hijas de los hombres?
En Génesis 6:1-4, se menciona que los “hijos de
Dios” vieron que las “hijas de los hombres” eran hermosas y tomaron para sí
mujeres. Esta escena ha generado muchas interpretaciones, pero si nos dejamos
guiar por la misma Escritura, encontramos que los “hijos de Dios” eran los
descendientes de Set, la línea que comienza a invocar el nombre de Jehová, en
su generación. Génesis 4:26. Por otro lado, las “hijas de los hombres” eran las
descendientes de Caín, la línea que se había apartado de Dios.
La mezcla entre estas dos líneas no fue
simplemente uniones humanas, sino una mezcla de dos condiciones humanas, en la
que Dios decide ya no contender con su Espíritu con el hombre, porque su corazón
se inclinaba al mal. Y como consecuencia
una gran corrupción moral porque no le hacían caso a la voz de Dios. El
resultado fue un mundo lleno de violencia, lo que llevó al juicio del mundo,
trayendo sobre el mundo un gran diluvio, que eliminó de la faz de la tierra a
todo ser vivo. La Escritura misma nos muestra que esta mezcla fue contraria al
propósito de Dios, quien deseaba un pueblo apartado para Él, fiel a él, y
obediente a su palabra.
En tal sentido, en Deuteronomio 14:1 y Oseas
1:10, el pueblo de Dios es llamado “hijos de Dios”, lo que apoya la idea de que
se refiere a humanos fieles, no a seres angelicales.
En este aspecto, la IA sugiere varias
interpretaciones. Una de ellas, y la que más se alinea con el texto bíblico, es
la que identifica a los “hijos de Dios” como la descendencia de Set. También
menciona otras teorías, como la de ángeles caídos o reyes antiguos, pero
reconoce que la interpretación más coherente dentro del contexto bíblico es la
de la línea de Set mezclados con la línea impía de Caín.
La IA concluye que esta mezcla simboliza la
pérdida de la santidad y la creciente corrupción que llevó al juicio divino.
6.
¿Qué enseña Génesis sobre el origen
del universo y la humanidad?
El libro de Génesis comienza con una afirmación
muy convincente: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Génesis
1:1. Esta declaración no deja lugar a dudas sobre el origen del universo: todo
fue creado por Dios. No fue producto del azar, ni de una explosión sin
propósito, sino de una voluntad divina que dio forma al cielo, la tierra, la
luz, el mar, los animales y, finalmente, al ser humano.
La creación del hombre y la mujer no fue un
accidente. Génesis 1:26-27, nos dice que fuimos creados a imagen y semejanza de
Dios, lo que nos da un valor y un propósito único. Tenemos una imagen propia
que se asemeja a la divina. No somos el resultado de una evolución sin
dirección, donde el ser humano sigue siendo humano, los animales y todo lo
creado no cambia. Sino es el propósito de un diseño inteligente. Dios no solo
creó al ser humano, sino que también le dio dominio sobre la creación y lo
colocó en un entorno perfecto, el Edén, para que lo cultive y lo guarde.
Esto nos enseña que la vida tiene un origen
divino, un propósito y una dirección. No estamos aquí por casualidad. Somos
parte de un plan exclusivo, y nuestra existencia tiene sentido porque proviene
de un Creador que nos hizo con amor y propósito.
Su amor desde su creación fue palpable, primero
creó todo lo que requería el ser humano para su subsistencia. Así observamos
una creación absolutamente responsable, con un medio donde el hombre podría
vivir con todo lo necesario, que le garantizara su subsistencia sostenible. Y
con la capacidad de conservación dada al mismo ser creado por Dios, para
mantenerse con vida sobre la tierra donde lo colocó.
En este aspecto, la IA sugiere lo siguiente:
reconoce que, según la Biblia, Dios es el creador del universo y del ser
humano, y que el relato de Génesis establece una cosmovisión teísta. Sin
embargo, también menciona que algunos estudiosos ven el relato como una
narración simbólica o poética, destinada a comunicar verdades espirituales más
que detalles científicos.
La IA Copilot señala que, desde una perspectiva
científica, el universo se originó por medio del Big Bang y que la vida
evolucionó a lo largo de millones de años, pero reconoce que muchas personas de
fe ven en Génesis una verdad espiritual profunda sobre el propósito y el valor
de la vida humana.
En este aspecto, nos surgen otras preguntas, ¿si
existió un Big Bang, quien creó a este? Si surgimos de una evolución
provenimos. ¿Quién creó la primera célula que dio origen para que evolucionaron
otras? Si descendemos de un mono como la teoría de Darwin. ¿Dónde está la marca
del rabo de los monos en los humanos, y porque no somos extremadamente peludos
como los monos, no hay indicio de rabo en las personas como los primates?
7.
¿Cómo se explica que Dios creó el
mundo en seis días?
La Escritura
dice claramente: “Y fue la tarde y la mañana el primer día”. En Génesis 1:5, y
así sucesivamente hasta el sexto día. Esto nos muestra que Dios creó el mundo
en seis días, y descansó el séptimo. Este hecho se ha comprobado
científicamente el orden por el cual fue creado el mundo, según las leyes que
lo rigen.
Por lo cual, cada día tuvo una función
específica: luz, firmamento, tierra y vegetación, astros, animales, y
finalmente el ser humano. Este orden no es casual, sino que revela sabiduría,
intención y poder. Dios no necesitaba seis días para crear, pero eligió ese
patrón. Uno para servir de señales para las estaciones, para días y años,
Génesis 1:14. Para establecer un modelo de trabajo y descanso para el ser
humano. Por eso, el mandamiento del sábado se basa en este patrón: “Seis días
trabajarás, pero el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios.” Éxodo 20:9-11.
Y para denotar el descanso de su obra, en su labor salvadora de la humanidad.
Como anunció Jesús que el sábado no fue hecho sino por causa del hombre. No el
hombre por causa del sábado. Mar 2:27.
Creer en los seis días de la creación no es un
obstáculo para la fe, sino una afirmación de que Dios tiene el poder de crear
por su Palabra, sin necesidad de procesos largos o azarosos. La creación en
seis días es una declaración de su soberanía y de su autoridad sobre el tiempo,
la materia y la vida.
En este aspecto, la IA sugiere lo siguiente:
explica que hay diferentes formas de interpretar los “seis días” de la
creación. Algunos los ven como días literales de 24 horas, mientras que otros
los interpretan como períodos simbólicos o eras. Desde una perspectiva
científica, la IA menciona que el universo tiene miles de millones de años y
que la vida evolucionó gradualmente. Sin embargo, también reconoce que, para
muchas personas de fe, los seis días representan un acto divino de creación que
trasciende el tiempo humano y que comunica verdades espirituales profundas
sobre el origen y el propósito de todo lo creado.
8.
¿Cuál fue la razón de que Dios
permitió el pecado en el Edén?
De acuerdo con las preguntas que se hacen la
gente sobre este tema. Cuando Dios creó al hombre y la mujer, los colocó en un
lugar perfecto: el jardín del Edén. Allí les dio libertad, provisión, comunión
con Él, y también una instrucción clara: no comer del árbol del conocimiento
del bien y del mal. Génesis 2:16-17. Esta instrucción no fue una trampa, sino
una oportunidad para que el ser humano ejerciera su libre albedrío y eligiera
obedecer por amor.
La razón por la que Dios permitió la posibilidad
del pecado no fue porque lo deseara, sino porque el amor verdadero requiere
libertad. Si el ser humano no tuviera opción de desobedecer, tampoco tendría la
capacidad de amar a Dios voluntariamente. El árbol en el Edén representaba esa
libertad: obedecer o no, confiar o no.
Cuando Adán y Eva pecaron, no fue porque Dios
falló, sino porque el ser humano eligió apartarse de su voluntad. Sin embargo,
desde ese mismo momento, Dios mostró su plan de redención, anunciando que la
simiente de la mujer heriría la cabeza de la serpiente. Génesis 3:15. Es decir,
Dios permitió el pecado, pero nunca lo dejó sin respuesta.
En este aspecto, la IA sugiere lo siguiente:
explica que la existencia del árbol del conocimiento del bien y del mal
representa la libertad moral del ser humano. Algunos estudiosos ven este relato
como una forma de explicar por qué existe el mal en el mundo, y cómo la
humanidad se alejó de Dios. La IA también señala que, desde una perspectiva
teológica, el pecado en el Edén fue el inicio de la historia de redención,
donde Dios comienza a restaurar la relación rota con la humanidad.
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